miércoles, 11 de mayo de 2011

Algunas razones para apostar por una alternativa intercultural


Vivimos en una sociedad contradictoria y excluyente. En este país operan otras reglas no admitidas ni consentidas: el racismo, la discriminación étnica, económica, social, lingüística, etc. Existen círculos sociales “blindados” para no admitir a los “diferentes” y pobres; para este propósito se han creado instancias y espacios para evitar la “contaminación” y el contacto. Hay zonas exclusivas amuralladas con cercos eléctricos, personal de seguridad y perros guardianes; así como colegios o instancias militarizadas que mantienen las taras xenofóbicas y racistas, las injusticias sociales y los prejuicios de unas personas hacia otras. Es humillante constatar en los anuncios de trabajo que se requieren personas de “buena presencia”, que implícitamente significa personas “no indígenas”. En estas condiciones, los Derechos Humanos y la vida en democracia sólo se oyen como palabras “bonitas” y nada más.

En la vida diaria pueden constatarse posiciones como las siguientes: quedarse en un simple respeto pasivo hacia el otro, sin aceptar una interrelación dialógica (tolero tu presencia mientras no me afecte en nada), caer en posiciones asimilacionistas (te acepto sólo si renuncias a tu cultura de origen), etnocentristas (mi cultura es superior a la tuya), relativistas (todo vale, todo es respetable), etc.

Autor: Saúl Bermejo Paredes
Disponible en: http://www.aulaintercultural.org/article.php3?id_article=3374

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